jueves, 21 de agosto de 2008

Tejiendo cuando no hay más que hacer…

Recibí la respuesta de un e-mail que envié a quien me acompaño desde que era estudiante y después siguió mis pasos en la industria hasta que un día el destino nos llevó por distintos caminos y hoy después de muchos años (y gracias a la tecnología) nos acerca; podría escribir las cosas más lindas (y una que otra que hasta haría llorar) pero ese correo me hizo recordar un pequeño episodio de mi vida que va directamente ligado al tejido:
Eran principios de los 90’s y yo estaba haciendo una de las tantas “prácticas” que mi carrera obligaba, estaba en una pequeña población en la sierra del estado de Hidalgo donde además de ver la TV (o beber hasta perder el sentido, cosa muy común en mi gremio) no había más que hacer en el tiempo libre, así que como buena representante del género femenino (mujer prevenida vale por dos) tenía conmigo agujas y estambre. Todas las noches después de cenar llegaba a ver TV y a tejer… tejer y tejer, tanto que así como veía irse a quien iba a entrar en el turno de tercera, veía llegar a quien regresaba del turno de segunda y yo seguía tejiendo y tejiendo…
En mis juventudes (no tan tempranas) me quería comer el mundo, estuve en lugares increíbles, conocí a personas maravillosas, me sentí perdida en medio de la nada (literalmente), dude entre el camino del bien y del mal (subjetivamente… quien puede decir qué es bueno y qué es malo??) pero aún en los momentos más difíciles siempre estuvo una madeja de estambre cerca de mí.
Si alguien piensa que soy obsesiva al relacionar cada momento de mi vida con el tejido, no están tan equivocados, ayer una de las psicólogas de la universidad me dijo que mi personalidad es obsesiva y que debo trabajar sobre ello…hmmmmm???... mejor voy a tejer…

jueves, 14 de agosto de 2008

Y para los que tejen más ideas que prendas…

Tengo un par de vicios más (además de tejer y otros que ya iré admitiendo), el radio y la computadora, todo el día (todo el día es todo el día, 24 horas) tengo una computadora en línea cerca de mí y como no me gusta el silencio suelo tener el radio encendido (la verdad es que no tengo radio, pero escucho estaciones en línea), estaba escuchando un programa cuando hablaron de Innocentive.
Para todos aquellos que les guste innovar, que tengan un chispazo de creatividad y un tiempito para pensar en ésta página pueden encontrar una muy buena oportunidad para hacerse de unos cuantos miles de dólares. Se trata de solucionar problemas de cualquier área del conocimiento, que son planteados por empresarios que ofrecen “recompensas”; solo hace falta darse de alta y ver el listado de problemas, considerar la fecha límite para enviar la propuesta y…aquí esta el problema, no se vale el rollo, en dos páginas dar la solución.
Ahí se los dejo, y si ganan una recompensa acuérdense de mi…

martes, 12 de agosto de 2008

Cómo ser mujer, profesionista y aprendiz de investigadora y no morir en el intento.

Es el título de un reporte reflexivo de la Dra. María Guadalupe Moreno Bayardo, no pretendo iniciar una discusión sobre los obstáculos de género que pudieran existir para las estudiantes de programas de posgrado en México y, que conste, que al usar “pudieran” ni afirmo ni niego su existencia (pero si quieren podemos discutirlo, y miren que argumentos me sobran); pero si puedo constatar que no es fácil tener salud mental si se trabaja, estudia, se hace investigación, se lleva una casa y se pretende socializar.

Por qué hago referencia a la salud mental, ayer en la noche me dí cuanta que hay algo que me ha mantenido cuerda los últimos años: tejer.

Después de un fin de semana trágico (tuve clases jueves, viernes, sábado y domingo), de una mañana de lunes de agotador trabajo en la universidad y de una poco productiva tarde lidiando con profesores y alumnos, llegué a casa, me senté frente a la TV y tomé mi tejido, cuando me dí cuenta eran casi las 11pm (si consideramos que mi llegada oficial es a las 7:30pm) ya había pasado un buen rato, en mis manos tenía terminada una de las partes (no voy a decir qué) del regalo para mi AS y contrario a todas las expectativas no me estaba quedando dormida.

Aunque lo sospechaba, ahora lo afirmo, tejer me ha permitido sobrevivir al estrés del trabajo intelectual, tejer me ayudó a sobrevivir al estrés cuando trabajé en la industria y tejer me ayudó sobrevivir en mis tempranas juventudes.

Yo he encontrado como no morir en el intento: no pensar, solo tejer, olvidarme por un rato de querer dar solución a los problemas más “problemáticos” del ser humano y solo disfrutar de cómo bajo mis manos se va dibujando una linda prenda tejida.

viernes, 1 de agosto de 2008

Y el lazo mágico…

No se trata solo de poner el video, hay que poner en práctica lo aprendido y aquí está la evidencia de dos cosas: si pude hacer el lazo y mi voz no es precisamente la apropiada para narrar documentales.

Tejer o no tejer...

Algunas veces me pregunto porque siento la necesidad de tener mis manos ocupadas con una labor de tejido; solo puedo responder que si no tejo con las manos, tejo ideas en mi cabeza. Si tejo con las manos consigo que alguien más disfrute lo que yo hice, si tejo con la cabeza corro el riesgo de lastimar a alguien. Lo mejor es mantener las manos ocupadas...